El trabajo en suelo en libertad, sin medios mecánicos, tiene un potencial grandísimo para cualquier entrenador o jinete. Estas son algunas de sus ventajas.
• Vemos claramente la actitud del caballo hacia nosotros y nuestras acciones.
• Podemos comprobar si el caballo entiende lo que le estamos pidiendo, si puede hacerlo, y (lo más importante) si quiere hacerlo.
• Es un espacio para desarrollar un lenguaje lleno de matices con el caballo.
• Al ser más libre, el caballo es también más responsable, lo que crea un hábito de mantener la atención en el conductor.
• La responsabilidad y la atención también se expresan en los movimientos. Es más fácil y eficaz llevar al caballo a un movimiento reunido si se le permite hacerlo por sí mismo, orientado por nuestras indicaciones. Esto también nos deja ver su verdadero nivel de preparación.
• Permite mayor interacción: el caballo también puede proponer. A mí me han propuesto piruetas, levadas, volantes al galope y hasta el paso español. En serio.
• Lo más importante, en mi opinión: experimentamos la relación en la base, en lo más real.
Todos estos aspectos se transmiten al trabajo montado. A menudo, más de lo que nos imaginamos.
Se abren muchas preguntas. La mayoría, sólo la responde la experiencia. Intentaré responder a algunas con unos cuantos ejemplos en la siguiente entrada.
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