lunes, 12 de abril de 2010

Introducción

Cuando decidí dedicarme de tiempo completo a los caballos y empecé a estudiar formas de amansarlos y adiestrarlos, muchas cosas que hasta entonces habían sido certezas para mí, se transformaron en preguntas:





¿Porqué nos tienen miedo?

¿Por qué huyen de nosotros, y tenemos que tenerlos constantemente atados o encerrados de alguna forma para evitar que se escapen?

¿Disfrutan los caballos de nuestra compañía?

¿Entienden lo que queremos de ellos?

¿Quieren hacerlo?

¿Lo aceptan?

¿Se resignan?

¿O simplemente se someten por miedo al dolor?



Y la pregunta que siempre me acompaña cuando estoy entre caballos:



¿Qué está pasando por la mente de este caballo en este momento?



Ningún tratado de etología equina, ninguna tradición ni escuela de doma, ningún maestro puede responder a esta pregunta. La respuesta sólo podemos hallarla en el caballo y en el momento, si escuchamos atentamente y nos abrimos a todo lo que pasa, incluso los detalles más pequeños.



¿Qué está pasando por la mente de este caballo en este momento?



Hoy sigo explorando formas de trabajar con caballos que tengan en mente siempre esta pregunta. El reto es siempre actuar de modo que la respuesta me guste.





No hay comentarios:

Publicar un comentario